En el corazón de Sevilla, junto al río Guadalquivir, la Torre del Oro alberga una presencia misteriosa que muchos aseguran haber visto durante la noche. Esta figura espectral, conocida como el Hombre de la Torre del Oro, se aparece como una sombra que recorre las almenas del histórico monumento. Testigos describen una silueta humana que se desliza sin hacer ruido, siempre mirando hacia las aguas del río con actitud vigilante, como si cumpliera una guardia eterna que trasciende el tiempo.


La leyenda del vigilante eterno

Las crónicas populares cuentan que esta aparición podría corresponder a un antiguo guardia de la torre que juró protegerla más allá de la muerte. Según la tradición oral sevillana, este personaje histórico habría dedicado su vida a custodiar el oro que llegaba de América, y su compromiso fue tan fuerte que ni siquiera la muerte pudo interrumpir su labor. Muchos pescadores nocturnos y paseantes madrugadores afirman haber sentido su presencia, describiendo una sensación de vigilancia protectora más que amenazante.

Características de la aparición

Los avistamientos coinciden en describir una figura masculina de aspecto difuso, vestida con ropas antiguas que se mueven con el viento del río. La aparición nunca baja de la torre ni interactúa directamente con los viandantes, manteniéndose siempre en las partes altas del monumento. Su presencia es más frecuente en noches de luna llena y especialmente cuando la niebla se eleva desde el Guadalquivir, creando un escenario perfecto para lo paranormal. Los expertos en fenomenología paranormal señalan que se trata de uno de los casos mejor documentados de España.

Quienes buscan emociones fuertes podrían intentar visitar la torre de madrugada, aunque probablemente terminen decepcionados cuando descubran que el único vigilante real es el guardia de seguridad contratado por el ayuntamiento, mucho menos interesado en fantasmas y más en hacer su turno nocturno sin sobresaltos.