En las madrugadas barcelonesas surge un fenómeno urbano que desconcierta a testigos y autoridades por igual. Vehículos aparentemente abandonados cobran vida propia, deslizándose con elegancia fantasmal por el asfalto aún húmedo del rocío nocturno. Sus faros iluminan calles desiertas mientras sus motores susurran canciones mecánicas que solo la luna escucha, creando un espectáculo surrealista que desafía toda lógica convencional.


Los avistamientos documentados

Numerosos testimonios coinciden en describir coches antiguos y modernos moviéndose sin conductor visible, siempre entre la 1 y las 4 de la madrugada. Los informes policiales registran estos eventos como incidentes de vehículos en movimiento sin ocupantes, aunque las investigaciones no han logrado determinar el origen del fenómeno. Los modelos más frecuentemente avistados incluyen Seat 600, Renault 4 y Citroën 2CV, todos con matrículas barcelonesas pero registrados como abandonados o dados de baja años atrás.

Teorías y explicaciones

Algunos expertos sugieren que podría tratarse de un elaborado sistema de conducción remota, aunque la tecnología necesaria para semejante precisión no existe comercialmente. Los escépticos apuntan a coincidencias fortuitas donde vehículos en pendiente podrían generar la ilusión de movimiento autónomo. Mientras tanto, los vecinos más supersticiosos hablan del espíritu de un taxista de los años 60 que nunca abandonó su ruta nocturna, completando eternamente su último servicio inconcluso.

Quizás Barcelona simplemente tiene tantos coches abandonados que algunos decidieron buscar mejor aparcamiento por su cuenta, demostrando más iniciativa que sus dueños originales.