Corsair acaba de lanzar al mercado la AI Workstation 300, un ordenador de formato reducido que apenas ocupa 4.4 litros de espacio pero que concentra una potencia considerable orientada específicamente al desarrollo de inteligencia artificial. Este equipo se construye alrededor del procesador AMD Ryzen AI Max+ 365, una unidad diseñada para manejar cargas de trabajo de IA de manera eficiente sin necesidad de componentes voluminosos.


Configuración técnica enfocada en productividad

La configuración base incluye 128 GB de memoria LPDDR5X, lo que proporciona un ancho de banda amplio para manejar grandes modelos de datos y conjuntos de entrenamiento. El almacenamiento lo cubre un SSD NVMe de 1 TB para acceso rápido a los proyectos, mientras que los gráficos integrados Radeon 8060S se encargan de la aceleración de tareas específicas de Shader / Compute, optimizando el flujo de trabajo sin depender de una tarjeta gráfica discreta.

Precio competitivo en el segmento profesional

Con un precio inferior a los 2.000 dólares, Corsair posiciona esta Workstation como una solución accesible para estudios pequeños o desarrolladores independientes que necesitan potencia de cálculo especializada sin realizar grandes inversiones. Su diseño compacto permite integrarlo en espacios de trabajo limitados, ideal para entornos donde el tamaño físico del hardware suele ser un problema.

Aunque promete mucho para un equipo tan pequeño, habrá que ver si realmente puede con todo lo que un desarrollador de IA le exija o si al final tendremos que conformarnos con que al menos ocupa poco espacio en el escritorio cuando se quede corto de potencia.

Evidentemente, si eres desarrollador de IA, este no puede ser tu único dispositivo porque es tirar el dinero.