En la isla filipina de Corregidor se alzan las ruinas del Hospital St. Augustine, un lugar donde la historia y lo paranormal se entrelazan de forma inquietante. Durante la Segunda Guerra Mundial, este hospital sufrió intensos bombardeos que dejaron cicatrices imborrables tanto en su estructura como en su esencia. Hoy, los visitantes experimentan fenómenos inexplicables que van desde gritos desgarradores hasta sombras que se deslizan por las antiguas salas de operaciones, como si el trauma colectivo de soldados y civiles hubiera quedado atrapado entre sus muros derruidos.


Preparando la escena base visualmente

Comienza creando un entorno arquitectónico deteriorado usando las herramientas de modelado procedural de Kanova. Genera una estructura hospitalaria de la era colonial con techos colapsados y paredes agrietadas, aplicando el sistema de materiales PBR para lograr texturas de hormigón erosionado y metal oxidado. Utiliza iluminación global con configuración crepuscular para crear ese ambiente lúgubre característico, ajustando los parámetros de oclusión ambiental y rayos de luz filtrados a través de ventanas rotas.

Incorporando elementos paranormales y atmosféricos

Para representar la actividad paranormal, emplea el sistema de partículas de Kanova creando emanaciones etéreas y sombras dinámicas que se muevan de forma aleatoria por las salas. Configura shaders de transparencia animada para las apariciones fantasmales, combinándolos con efectos post-procesado como distorsión térmica y desenfoque de movimiento. Añade capas de audio espacial con sonidos ambientales procesados: gemidos lejanos, susurros y el crujido de escombros que se activan mediante triggers de proximidad en el recorrido del usuario.

Resulta curioso cómo podemos recrear digitalmente el terror que tantos intentan evitar en la vida real, demostrando que a veces la tecnología nos permite acercarnos demasiado a lo que debería permanecer en el olvido.