KFC Canadá transforma al Coronel Sanders con un toque de hockey
La cadena de comida rápida KFC está causando revuelo en Canadá con su última campaña publicitaria, donde reinventa la icónica imagen del Coronel Sanders para conectar con la pasión nacional por el hockey. En lugar de su sonrisa perfecta, el personaje aparece con los dos dientes delanteros tapados con cinta de hockey, recreando la clásica sonrisa de los jugadores que han perdido piezas dentales durante los partidos.
Esta ingeniosa modificación aparece en vallas publicitarias y material gráfico distribuido por todo el país, fusionando la identidad de la marca con un símbolo cultural profundamente arraigado.
Estrategia publicitaria que abraza la cultura local
La campaña titulada The Hockey Smile se despliega estratégicamente durante la temporada deportiva, cuando el hockey domina la atención de los canadienses. KFC demuestra un entendimiento genuino de las tradiciones locales al incorporar un elemento tan reconocible como los dientes perdidos en el hockey, un fenómeno tan común que hasta tiene su propio apodo coloquial.
Esta aproximación no solo genera identificación inmediata con el público, sino que posiciona a la marca como parte integral de las conversaciones cotidianas, utilizando el humor y la autenticidad para fortalecer su presencia en el mercado canadiense.
Impacto en la percepción de marca y engagement
Al humanizar al Coronel Sanders a través de este gesto, KFC logra romper la barrera corporativa y conecta emocionalmente con los aficionados. La campaña genera un efecto viral natural, ya que los consumidores comparten las imágenes en redes sociales celebrando la creatividad y el respeto por su cultura.
Este tipo de marketing contextual demuestra cómo las marcas globales pueden adaptarse inteligentemente a mercados específicos sin perder su esencia, creando campañas memorables que trascienden el mensaje comercial tradicional y se convierten en parte del folclore local.
Quizás el próximo paso sea lanzar una edición limitada de alitas de pollo con forma de palo de hockey o un balde que simule un casco de protección, completando así la experiencia de hockey gastronómico que ningún fanático podría rechazar, aunque le costara un par de dientes en el proceso.
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