La competencia entre AMD e Intel sigue siendo intensa, y esta vez el campo de batalla son las placas base. Por un lado, Intel apuesta por el nuevo socket LGA 1851, diseñado para el futuro gracias a su soporte nativo de memoria DDR5 y PCIe 5.0. Por otro, AMD refuerza su estrategia con AM5, una plataforma que busca ser duradera y estable, prometiendo compatibilidad con varias generaciones de procesadores Ryzen, lo que siempre da confianza a los usuarios que buscan longevidad en su inversión.


Características enfrentadas

  • Intel LGA 1851 con soporte completo para DDR5, PCIe 5.0 y preparado para procesadores de nueva generación.
  • AMD AM5 que garantiza soporte a largo plazo con Ryzen, manteniendo compatibilidad en futuras arquitecturas.
  • Eficiencia y estabilidad que en ambos casos buscan ofrecer rendimiento sólido para juegos, creación de contenido y entornos profesionales.

Ventajas de Intel LGA 1851

  • Soporte inmediato para tecnologías de última generación.
  • Plataforma atractiva para entusiastas que quieren lo más nuevo.
  • Capacidad de aprovechar al máximo hardware de alto rendimiento.

Ventajas de AMD AM5

  • Mayor compromiso con la compatibilidad a largo plazo.
  • Equilibrio entre precio, rendimiento y durabilidad.
  • Ideal para usuarios que prefieren actualizar procesador sin cambiar placa base.

Conclusiones de la comparativa

La elección entre LGA 1851 y AM5 depende del tipo de usuario. Si se busca estar siempre en la vanguardia, Intel parece la opción natural. Si se prefiere estabilidad y compatibilidad a futuro, AMD mantiene su atractivo. Al final, la verdadera guerra no está en las placas, sino en la paciencia de los usuarios que ven cómo cada dos años las marcas intentan convencerlos de que su PC ya es obsoleto. Además, llevamos ya unos años que casi nos están obligando a cambiar de máquina o ampliar características para poder seguir un poco al pié del cañón.

¿Quién gana la comparativa? Quien tu quieras, pero sí te digo quien pierde, nosotros, los consumidores.