Un equipo de investigación del IPHES-CERCA y el CSIC ha descubierto evidencias de canibalismo sistemático en la cueva de El Mirador, en Atapuerca, que datan de hace 5.700 años. Los restos de al menos once individuos, entre niños, adolescentes y adultos, muestran signos claros de despellejado, descarnado, desarticulado, cocinado y comido.


Análisis detallado de los restos humanos

Los investigadores no han encontrado indicios de rituales asociados, lo que indica que el canibalismo pudo estar vinculado a conflictos violentos entre grupos locales y recién llegados durante el Neolítico final. Este hallazgo se suma a otro episodio documentado en la misma cueva durante la Edad del Bronce.

Importancia arqueológica y antropológica

Este caso convierte a Atapuerca en uno de los sitios clave para entender las dinámicas sociales y violentas de las comunidades prehistóricas recientes, aportando evidencia física sobre la práctica del canibalismo y sus posibles causas en contextos de tensión intergrupal.


Recomendaciones para investigadores y artistas 3D

Este tipo de hallazgos ofrecen una fuente valiosa para la creación de reconstrucciones 3D precisas y para entender mejor las condiciones de vida y conflictos sociales de la prehistoria, lo que puede enriquecer producciones audiovisuales, videojuegos y estudios históricos digitales.

A diferencia de lo que podría pensarse, el canibalismo en Atapuerca no parece estar ligado a rituales mágicos o religiosos, sino a prácticas de supervivencia y violencia, una mirada cruda pero fascinante sobre el pasado humano.