El dragón Vermithor de House of the Dragon cobra vida con fuego y arena
En el episodio 7 de la segunda temporada de House of the Dragon, el estudio W?t? FX vuelve a demostrar por qué sigue siendo una referencia en simulación de efectos visuales. Uno de los momentos más potentes es cuando Vermithor desata su furia en el Dragonmont Gantry. Aquí, el fuego del dragón no es solo una simulación digital, se mezcla con placas reales de fuego grabadas en set para dar al espectador una explosión creíble y visceral, que se siente pesada, peligrosa y física. La integración es tan pulida que cuesta distinguir dónde termina el fuego real y empieza el generado por ordenador.
Pisadas que pesan toneladas
Otro de los grandes retos fue dar realismo a la escena de la playa, donde vemos a Vermithor caminar sobre la arena. Aquí, el equipo de W?t? no se limitó a colocar un modelo sobre el entorno. Simularon en detalle la interacción entre el peso del dragón y el terreno: la arena se hunde bajo sus patas, se levanta polvo, y todo responde como lo haría si ese monstruo realmente estuviese allí. Para lograrlo, usaron simulaciones físicas personalizadas que respondían a cada contacto del dragón con el suelo, haciendo que su presencia se sienta tangible.
Criaturas digitales que parecen de carne y hueso
Estos efectos no son solo fuegos artificiales visuales. El objetivo de W?t? FX ha sido siempre narrativo, hacer que los dragones se sientan reales dentro del mundo de Westeros. Que pesen, que reaccionen, que sean parte viva del entorno. No es solo VFX, es animación emocional, es física creíble, es cine. Modelado, iluminación y texturas se coordinan para que estos gigantes alados no parezcan criaturas de videojuego, sino animales con carácter, historia y presencia.
Entre Maya, Houdini y un par de quemaduras controladas
Para estas escenas, se ha combinado una pipeline basada en Maya para el modelado y la animación de criaturas, Houdini para todas las simulaciones de fuego y arena, y composiciones con Nuke para integrar todos los elementos. También se utilizaron placas de fuego real para dar ese toque orgánico que aún cuesta simular al 100 por 100. Si alguna vez te preguntaste si vale la pena sudar frente a la GPU por una llama más creíble… W?t? te grita que sí.
Y tú preocupándote porque el render no te baja de 20 horas...
Los dragones de House of the Dragon no solo impresionan, abruman, pisan fuerte y escupen fuego que se siente. Todo esto gracias a una mezcla milimétrica de arte, ciencia, software y, cómo no, horas infinitas de simulaciones que harían llorar a cualquier tarjeta gráfica doméstica.
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