Un dron mapea un campo para cuantificar daños agrícolas
Un dron equipado con un sensor LiDAR y una cámara multiespectral sobrevuela un campo de cultivo afectado por una plaga. El objetivo es mapear con precisión la extensión del daño. Los datos que captura, tanto la nube de puntos 3D como las imágenes multiespectrales, se procesan para generar un modelo digital detallado. Este modelo permite analizar el estado de la vegetación más allá de lo que percibe el ojo humano.
Procesar los datos para generar un modelo 3D
El software especializado, como Agisoft Metashape o DroneDeploy, procesa las imágenes y los datos LiDAR. Alinea las fotografías y calcula la posición de cada punto para reconstruir la escena en tres dimensiones. El resultado es una nube de puntos densa y georreferenciada, o una malla texturizada, que representa fielmente el campo y cada planta. Este modelo 3D sirve como base geométrica precisa para todos los análisis posteriores.
Analizar la salud de la vegetación y la biomasa
Sobre el modelo 3D, se superponen y analizan los datos multiespectrales con herramientas como ENVI. Estos índices, como el NDVI, revelan el estrés de las plantas y el área foliar que la plaga ha dañado. Al combinar esta información con la altura y el volumen que calcula el modelo LiDAR, se puede estimar la reducción de biomasa. Así, se obtiene un porcentaje objetivo del cultivo perdido, fundamental para que la aseguradora tasar las pérdidas de manera objetiva y rápida, sin depender de estimaciones visuales subjetivas.
La próxima vez que un agricultor diga que una plaga se comió la mitad del campo, podrá presentar un informe que diga exactamente el 47.3%, y no tendrá que discutir sobre si fue un ataque voraz o solo un picoteo ligero.