Beyond Good y Evil 2 persigue un universo galáctico sin interrupciones
El desarrollo de Beyond Good & Evil 2 continúa, aunque su estado es incierto. El proyecto se basa en el motor Voyager, una tecnología propietaria que Ubisoft diseña para este juego. Su objetivo técnico es ambicioso: crear un universo online masivo donde se pueda viajar sin pausas. Esto significa que el jugador puede despegar desde la superficie de un planeta, cruzar su atmósfera y adentrarse en el espacio profundo para visitar otros sistemas estelares, todo sin que aparezcan pantallas de carga. El motor debe gestionar esta transición de forma fluida, cargando y descargando datos de manera imperceptible.
El motor Voyager gestiona una escala sin precedentes
Para lograr este flujo continuo, el Voyager Engine debe procesar una cantidad enorme de datos geométricos y de texturas. El sistema necesita administrar varios niveles de detalle de forma dinámica, desde la vista a ras de suelo hasta la perspectiva orbital. El equipo busca un nivel de detalle cinematográfico que se mantenga incluso en esta escala galáctica. Esto implica usar técnicas avanzadas de streaming de mundos y probablemente un uso intensivo de shaders de computación | compute para tareas como el terreno y la atmósfera. El motor se construye pensando en un mundo persistente y compartido por muchos jugadores.
La tecnología enfrenta desafíos de rendimiento y diseño
Implementar esta visión presenta retos técnicos considerables. Sincronizar un universo tan vasto entre múltiples jugadores requiere una arquitectura de servidores robusta. Renderizar paisajes planetarios detallados y naves espaciales complejas, todo en tiempo real, exige optimizar al máximo el pipeline gráfico. Aunque el proyecto muestra avances en demos técnicas, su futuro depende de que el equipo pueda resolver estos obstáculos y entregar una experiencia estable. La promesa de un espacio sin fronteras de carga es su principal atractivo tecnológico.
Lograr que un viaje interestelar sea tan fluido como caminar por una habitación es un sueño técnico que, por ahora, sigue en fase de pruebas.