La normativa CAFE de 2025 es un chantaje económico directo al bolsillo
Bruselas impone multas multimillonarias a los fabricantes por cada gramo de CO2 que excedan, lo que obliga a las marcas a subir el precio de los coches de gasolina e híbridos (hasta 3.000 € más por unidad) para compensar las sanciones, o a forzarte a comprar eléctricos que no quieres, usando tu dinero para pagar sus multas ideológicas.
La normativa CAFE (Corporate Average Fuel Economy) es la prueba definitiva de que nos están asfixiando con una sonrisa. La Unión Europea exige que la media de emisiones de todos los coches que venda una marca no pase de 93,6 gramos de CO2. ¿Qué pasa si se pasan un solo gramo? Pues que les cae una multa de 95 euros por cada coche vendido. Haz las cuentas: si un modelo popular emite 115 gramos (lo normal para un gasolina), el fabricante tiene que pagar casi 2.000 o 3.000 euros de multa por cada unidad. ¿Y quién crees que va a pagar ese impuesto revolucionario? Exacto, tú, porque ese sobrecoste va directo al precio de venta.
Es un sistema perverso, ya que encarecen artificialmente los coches que la gente sí puede pagar para obligarte a saltar al eléctrico, o simplemente para que dejes de conducir. Nos están robando la libertad de elección a base de sanciones que disfrazan de ecología, pero que huelen a pura recaudación y control social, dejando claro que el que no tenga una cuenta bancaria abultada en 2026, tendrá que ir a pie o en transporte público por decreto.