La levitación de objetos se explica con principios científicos
La levitación no es magia, sino física aplicada. Para que un objeto se eleve sin contacto, se debe contrarrestar la fuerza de la gravedad. Las técnicas actuales logran esto usando principalmente ondas sonoras, magnetismo y campos eléctricos. Cada método manipula fuerzas fundamentales para generar una presión o atracción que sostiene el objeto en el aire. Sin embargo, estas tecnologías tienen limitaciones prácticas muy claras.
Las ondas sonoras pueden mover partículas pequeñas
La levitación acústica usa ultrasonido, ondas sonoras que el oído humano no percibe. Los altavoces generan ondas estacionarias, que son zonas de alta y baja presión. Al colocar un objeto ligero, como una gota de agua o una partícula de poliestireno, en un punto de presión mínima, las ondas lo atrapan y lo mantienen suspendido. Este método es preciso, pero solo funciona con materiales muy ligeros y de tamaño reducido, ya que la energía necesaria para sostener algo pesado sería enorme.
Los imanes y la electricidad también levitan objetos
El magnetismo permite la levitación estable, como se ve en los trenes de alta velocidad. Se usa el principio de repulsión entre imanes con el mismo polo. La levitación electromagnética emplea electroimanes que se ajustan para mantener un objeto metálico en equilibrio. Por otro lado, la electrostática usa campos eléctricos de alto voltaje para atraer o repeler materiales dieléctricos. Aunque estos métodos son más potentes que el acústico, consumen mucha energía y suelen necesitar que el objeto tenga propiedades magnéticas o conductoras específicas.
Así que, por ahora, olvida levitar tu torre gaming con un altavoz. La ciencia puede suspender una bola de espuma, pero tu PC seguirá necesitando una buena mesa.