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Los colores triádicos equilibran contraste y armonía
Un esquema de color triádico usa tres colores que se ubican a la misma distancia en la rueda de color, como el rojo, el amarillo y el azul. Este método genera paletas vibrantes y visualmente equilibradas. Ofrece un contraste alto, pero menos intenso que un esquema complementario directo, lo que permite crear composiciones dinámicas sin que resulten agresivas para quien las percibe. Funciona bien en diseño, ilustración y dirección de arte cuando se busca un impacto visual claro pero controlado.
Cómo se aplica un esquema triádico
Para usar este esquema, primero se elige un color base en la rueda. Luego se seleccionan los otros dos colores que forman un triángulo equilátero con el primero. Es común designar un color como dominante y usar los otros dos para acentuar o resaltar elementos. Se puede ajustar la saturación o el valor para suavizar la combinación si es necesario. Este sistema es útil para jerarquizar información o guiar la atención del espectador en una escena.
Ventajas y consideraciones prácticas
La principal ventaja es el equilibrio entre variedad cromática y unidad visual. Proporciona más opciones que un esquema complementario o análogo, lo que ayuda a evitar que un proyecto se vea monótono. Sin embargo, usar tres colores puros con la misma intensidad puede crear competición visual. Se recomienda experimentar con diferentes proporciones y tonos para encontrar el punto justo. En entornos 3D y de postproducción, estos esquemas ayudan a unificar la paleta de una secuencia completa.
Un diseñador novato que usa rojo, amarillo y azul a máxima saturación puede descubrir, sin querer, que ha creado la identidad visual perfecta para un circo ambulante de los años ochenta.