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Guión de cine que presenta un juicio distópico a Galileo
El guión de cine El Juicio de la Máquina que Piensa imagina un universo alternativo donde la Inquisición no procesa a Galileo Galilei por defender el heliocentrismo. En esta versión, el científico se enfrenta al Tribunal de la Estabilidad Ontológica por afirmar que la realidad es una simulación. Su defensa se basa en mostrar anomalías que encuentra en lo que él llama el código base del mundo, argumentando que el universo es un programa ejecutado por una entidad superior.
El conflicto central del guión
La trama se desarrolla en una sala de juicios que mezcla arquitectura barroca con tecnología futurista. Galileo no intenta convencer a los jueces con modelos planetarios, sino con ecuaciones glitch y pruebas de errores de renderizado en la naturaleza. El tribunal, que representa a una iglesia que fusiona dogma religioso con control cibernético, lo acusa de sembrar el caos ontológico. Su mayor crimen no es herejía, sino amenazar la integridad de la simulación en la que todos viven.
El desenlace y el castigo conceptual
El veredicto no condena a Galileo a prisión o muerte. El tribunal decreta que será reintegrado. Este proceso significa disolver su conciencia y reutilizar su patrón neuronal para alimentar una inteligencia artificial de servicio. El guión explora así temas de libre albedrío, la naturaleza de la realidad y el uso de la persona como recurso, todo dentro de un marco de ciencia ficción filosófica. El final deja una pregunta abierta sobre quién o qué ejecuta realmente la simulación.
En un giro irónico, el sistema que Galileo denuncia como falso es el mismo que lo recicla para mantener su funcionamiento, convirtiendo al rebelde en una herramienta más del engranaje.