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Guión de cine que reimagina el asesinato de Julio César en una distopía corporativa
La escena clásica del asesinato de Julio César en el Senado Romano se transforma en un guión de cine con un concepto distópico. En esta versión, la acción no transcurre en la Roma antigua, sino en la sala de la junta directiva de la corporación-estado Roma Inc. El CEO vitalicio Gaius Julius Caesar no se enfrenta a senadores con togas y dagas, sino a sus propios vicepresidentes ejecutivos, quienes urden un plan para destituirlo de manera definitiva en el mundo digital.
El asesinato digital reemplaza a las dagas
El acto violento se convierte en una ejecución tecnológica. Los conspiradores no usan armas físicas. En su lugar, coordinan un ataque simultáneo que activa dispositivos para revocar todos los permisos biométricos de Caesar. Proceden a borrar su acceso a la nube corporativa central, la base de datos que contiene todo el conocimiento y poder de Roma Inc. El golpe final es un pulso electromagnético dirigido que funde sus implantes neurales, desconectándolo por completo de la red.
La muerte en una sociedad hiperconectada
Este acto constituye un asesinato en el único sentido que importa dentro de esta sociedad. Al eliminar su identidad digital, sus recuerdos almacenados y su conexión con el sistema, Caesar deja de existir para la corporación y, por extensión, para el mundo que controla. Su cuerpo físico puede permanecer intacto, pero su esencia, su autoridad y su conciencia se borran. La traición usa los mismos sistemas de control que el líder implementó para consolidar su poder.
La junta directiva aprueba por unanimidad la baja del empleado Caesar, citando una reestructuración inesperada del liderazgo. Su perfil en la intranet corporativa desaparece en segundos, como si nunca hubiera existido.