La broca del rover Rosalind Franklin se fabrica con impresión 3D
La Agencia Espacial Europea (ESA) fabrica una broca clave para el rover Rosalind Franklin con impresión 3D en metal. Este componente forma parte del taladro que perforará el suelo marciano para buscar signos de vida pasada. La misión ExoMars, un proyecto conjunto de la ESA y Roscosmos, planea enviar este vehículo de exploración a Marte. La broca debe extraer muestras de hasta dos metros de profundidad, donde la radiación y los oxidantes superficiales no degradan los posibles compuestos orgánicos.
La geometría interna compleja optimiza la extracción de muestras
La fabricación aditiva permite crear canales internos y una cavidad con una forma que no se logra con métodos tradicionales. Esta geometría especial sirve para retener y proteger el regolito marciano que se recolecta. El proceso usa polvo de acero que una fuente de energía funde capa por capa para construir la pieza. Así se consigue una estructura robusta que resiste las duras condiciones de perforación y mantiene la muestra inalterada para analizarla después en el laboratorio del rover.
La impresión 3D en metal resuelve desafíos de ingeniería espacial
Este método permite producir una pieza lista para usar con menos pasos de fabricación y menos material sobrante. La broca integra varias funciones en un solo componente, lo que reduce el número de uniones y posibles puntos de fallo. Para las misiones espaciales, donde cada gramo cuenta y la fiabilidad es crítica, esta técnica ofrece ventajas claras. La ESA y sus socios industriales validan estas piezas con pruebas exhaustivas que simulan el entorno marciano antes del lanzamiento.
Parece que incluso en Marte, el mantra es menos es más: una sola pieza impresa reemplaza un ensamblaje complejo, demostrando que a veces la solución más elegante proviene de sumar capas, no de restar.