La leyenda de la princesa mora encanta los Ojos del Guadiana
El río Guadiana, en la provincia de Ciudad Real, tiene un comportamiento geológico singular. En un tramo de su curso, sus aguas se filtran y desaparecen bajo la tierra para recorrer un trayecto subterráneo. Este fenómeno, conocido como el tramo “fluye y desaparece”, concluye cuando el río resurge de forma espectacular en un humedal. Este lugar recibe el nombre de los Ojos del Guadiana, donde el agua mana a borbotones desde el subsuelo.
La tradición oral explica el origen del manantial
La cultura popular atribuye este resurgir a una leyenda de origen medieval. Se narra que una princesa mora, de nombre Sulema, quedó encantada en las cavernas por donde el río discurre oculto. La historia cuenta que llora eternamente por un amor cristiano que perdió. Según la creencia, las aguas que brotan en los Ojos del Guadiana son en realidad las lágrimas que la princesa derrama, emergiendo a la superficie desde sus propios ojos. Así, el paisaje natural se vincula con un relato de amor trágico y eterno.
El paraje combina ecología y mitología
Los Ojos del Guadiana constituyen un espacio natural de gran valor ecológico, siendo el origen del río Guadiana Alto y parte de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda. Este entorno, donde el agua crea un ecosistema único en la llanura manchega, sirve de escenario físico a la leyenda. La narración persiste en la memoria local, añadiendo una capa de significado cultural a un fenómeno hidrogeológico ya de por sí notable. Visitar el lugar permite observar este curioso fenómeno natural mientras se evoca la antigua fábula.
Dicen que si escuchas con atención el rumor del agua, casi puedes oír el llanto, aunque probablemente sea solo el sonido de tu propia botella de agua que se vacía después del paseo bajo el sol manchego.