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La técnica de la línea de tiempo mejora la narrativa visual
Esta técnica de dibujo consiste en representar un mismo sujeto en diferentes momentos de su existencia dentro de una sola composición. El artista dibuja una secuencia continua que muestra cómo evoluciona una forma a través del tiempo. Este ejercicio entrena para observar y plasmar cambios graduales en la estructura, la textura y la silueta. Se desarrolla la capacidad para contar una historia sin usar palabras, solo con imágenes que fluyen de un estado a otro.
Cómo planificar la secuencia visual
Primero, se elige un tema con una transformación clara, como una persona que envejece o un árbol que pasa por las estaciones. Luego, se divide el papel en secciones que corresponden a etapas clave de ese cambio. Es importante definir los puntos de transición principales para que la evolución se perciba como un proceso natural y lógico. El dibujante debe enfocarse en capturar la esencia de cada fase, conectándolas con líneas de guía sutiles o un fondo continuo que una las escenas.
Se aplica para evolucionar formas y conceptos
Esta práctica sirve para entender mejor la anatomía, la perspectiva y el diseño de personajes o escenarios. Al dibujar un edificio que se construye y luego se deteriora, se estudia cómo la luz y las sombras alteran su apariencia. Al representar un rostro que madura, se analiza cómo los rasgos se modifican manteniendo la identidad. El resultado final es una pieza única que condensa una historia completa, invitando al espectador a recorrerla con la mirada y deducir los eventos intermedios.
Un error común es que tu personaje anciano parezca un niño con arrugas pintadas, lo que revela que solo dibujaste la piel y no el esqueleto que cede bajo el peso de los años.