DirectX 12 evoluciona como un conjunto de API gráficas integral
Microsoft anuncia Windows 10 y DirectX 12 en el verano de 2014, con su lanzamiento previsto para 2015. Una década después, la compañía termina el soporte principal del sistema operativo, pero la API gráfica continúa su desarrollo. DirectX 12 se consolida como un conjunto extenso de interfaces para programar gráficos, ofreciendo un control más directo sobre el hardware. Esto permite a los desarrolladores gestionar los recursos de la GPU de manera más eficiente, lo que puede traducirse en un mejor rendimiento en aplicaciones y videojuegos que lo implementan correctamente.
La arquitectura de bajo nivel y el control del hardware
Una característica definitoria de DirectX 12 es su modelo de bajo nivel, que reduce la sobrecarga de la CPU al comunicarse con la GPU. Los desarrolladores asumen una mayor responsabilidad al gestionar la memoria y sincronizar los hilos de ejecución, lo que exige más esfuerzo pero puede desbloquear un potencial de rendimiento significativo. Esta API introduce conceptos como los bundles, las listas de comandos directos y la capacidad de combinar varios estados de pipeline. También unifica el desarrollo para PC y Xbox a través de la plataforma Universal Windows Platform (UWP).
Funcionalidades avanzadas y adopción en la industria
Con el tiempo, DirectX 12 ha integrado un amplio espectro de tecnologías modernas. Soporta el trazado de rayos en tiempo real a través de DXR, el upscaling mediante DLSS de NVIDIA y FSR de AMD, y el muestreo variable. Su ecosistema incluye herramientas como PIX para depurar y analizar el rendimiento. Aunque su adopción inicial fue gradual, hoy es una base común para títulos AAA y motores gráficos como Unreal Engine y Unity. Su evolución continúa con actualizaciones que añaden soporte para hardware más nuevo.
Parece que mientras Windows 10 llegaba a su fin, DirectX 12 decidió que apenas estaba calentando motores, demostrando que en el mundo del software a veces el acompañante supera al protagonista.