El análisis forense de larvas determina el intervalo post mortem
La entomología forense estudia los insectos que colonizan un cadáver para calcular cuándo ocurrió la muerte. El intervalo post mortem mínimo se estima al fechar cuándo los insectos depositaron sus huevos. Tradicionalmente, esto se hace al inspeccionar visualmente las larvas y medir su longitud, un método que puede ser impreciso. Ahora, las técnicas de microtomografía computarizada permiten analizar el desarrollo interno de las larvas sin dañarlas, lo que ofrece una datación más precisa.
La microtomografía computarizada escanea las larvas en detalle
Un escáner micro-CT, como los de Bruker SkyScan, genera cientos de imágenes de rayos X en sección transversal de una larva preservada. Este proceso crea un modelo volumétrico tridimensional de alta resolución que muestra estructuras internas como el tracto digestivo, el sistema traqueal y los esbozos de futuras estructuras adultas. Medir estas características con precisión es clave para asignar una edad a la larva, ya que su desarrollo interno es un indicador más fiable que solo su tamaño externo, el cual varía con las condiciones ambientales.
El software especializado procesa y mide los modelos 3D
Programas como Dragonfly, Avizo o ImageJ importan los datos del micro-CT para reconstruir, segmentar y analizar el volumen 3D. Un técnico puede aislar estructuras anatómicas específicas, calcular su volumen y medir distancias con exactitud micrométrica. Este análisis cuantitativo objetivo permite comparar el estadio de desarrollo de la larva con tablas de crecimiento de la especie identificada, reduciendo la subjetividad de la observación visual y mejorando la fiabilidad de la estimación del tiempo transcurrido desde la muerte.
Aunque la tecnología es potente, aún depende de que alguien recoja las muestras en la escena sin aplastarlas con la bota.