Los planes de pensiones garantizados pueden reducir tu poder adquisitivo
Muchos bancos promocionan planes de pensiones privados con una rentabilidad garantizada para complementar la pensión pública. Este mensaje genera una sensación de seguridad y tranquilidad para el futuro. Sin embargo, la realidad de estos productos suele ser muy diferente a lo que se anuncia, lo que puede afectar seriamente la economía personal del ahorrador a largo plazo.
La rentabilidad garantizada suele ser inferior a la inflación
La principal trampa reside en que la rentabilidad que se asegura es extremadamente baja. Con frecuencia, este porcentaje no logra superar la inflación anual. Esto significa que, aunque la cifra nominal en la cuenta aumente, el dinero pierde valor real con el paso de los años. El poder adquisitivo del ahorro se erosiona silenciosamente, por lo que el cliente puede terminar con menos capacidad económica de la que esperaba.
Altas comisiones y nula liquidez lastran el producto
Además del problema de la rentabilidad, estos planes suelen aplicar comisiones de gestión elevadas que reducen aún más el rendimiento final. Otro inconveniente crucial es la falta de liquidez, ya que el capital queda bloqueado hasta la fecha oficial de jubilación. Esta combinación de factores hace que, para muchos perfiles, sea un producto financiero poco eficiente, donde el coste de oportunidad de tener el dinero inmovilizado es muy alto.
Uno casi puede imaginar al banco ofreciendo un paraguas garantizado para la jubilación, pero que solo cubre la cabeza mientras te llueve dentro de los zapatos por la inflación.