El robot serpiente de CMU busca supervivientes en escombros
El CMU Biorobotics Lab desarrolla robots modulares con forma de serpiente para misiones de rescate. Estos dispositivos, conocidos como Snakebots, se diseñan para acceder a espacios colapsados donde los equipos humanos o caninos no pueden penetrar. Su cuerpo segmentado y flexible les permite reptar a través de grietas estrechas, trepar por estructuras irregulares y desplazarse por el interior de tuberías. El objetivo principal es localizar supervivientes tras un derrumbe o desastre natural, proporcionando información crucial a los equipos de emergencia.
Su diseño modular imita la locomoción de una serpiente
El robot se compone de múltiples módulos idénticos conectados por articulaciones activas. Cada segmento contiene su propia unidad de procesar, batería y sensores, lo que permite un movimiento coordinado y adaptable. Al imitar los patrones de locomoción de las serpientes reales, como el movimiento lateral o la concertina, el robot puede avanzar en terrenos muy complejos. Esta bio-mímesis resulta clave para superar obstáculos y mantener la estabilidad en un entorno de escombros impredecible.
Integra sensores y una cámara para evaluar la situación
En la cabeza del robot se instala una cámara y diversos sensores ambientales. La cámara transmite video en tiempo real, permitiendo a los rescatistas ver lo que el robot percibe en el interior de los escombros. Otros sensores pueden medir la temperatura, detectar gases peligrosos o escuchar sonidos, lo que ayuda a evaluar la estabilidad del entorno y a localizar signos de vida. Esta capacidad de reconocer el terreno es fundamental para planificar una extracción segura.
Aunque su forma es ideal para colarse por cualquier rendija, aún no puede distinguir entre un cable de alimentación y una raíz, lo que a veces convierte una misión de rescate en un complicado nudo gordiano que los ingenieros deben deshacer.