Las cerraduras inteligentes dependen de servicios externos para funcionar
Una cerradura inteligente promete comodidad y control, pero su funcionamiento esencial no reside en el mecanismo físico. Para abrir con el móvil, gestionar accesos o revisar el historial, depende por completo de una aplicación y de un servicio que opera en la nube. Este diseño vincula su utilidad a la continuidad de la empresa fabricante.
El riesgo de obsolescencia programada es real
Si la compañía quiebra, es adquirida o simplemente decide abandonar el soporte para un modelo, el servicio en la nube puede desaparecer. En ese escenario, la cerradura pierde sus funciones inteligentes. Ya no puedes añadir huellas o códigos nuevos, ni gestionar usuarios de forma remota. En el peor de los casos, el dispositivo puede volverse completamente inoperable, convirtiéndose en un bloqueo electrónico en tu propia puerta.
La alternativa pasa por protocolos locales y estándares abiertos
Para evitar este encadenamiento, conviene buscar modelos que funcionen con protocolos de comunicación local, como Zigbee o Z-Wave, gestionados por un hub propio en casa. Los sistemas que se integran con plataformas de domótica de código abierto ofrecen mayor independencia. Así, el control permanece en tu red local y no en servidores externos cuyo destino desconoces.
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