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Evitar artefactos de compresión en imágenes y vídeos
Los artefactos de compresión como bloques, ruido o colores sucios aparecen cuando guardas un archivo con una calidad muy baja. Estos defectos visuales hacen que tu trabajo parezca descuidado y restan impacto a la pieza final. Para evitarlos, es clave entender cómo funcionan los formatos con pérdida como JPEG o MPEG, que descartan información para reducir el tamaño del archivo.
Cómo prevenir artefactos al guardar
Siempre que puedas, trabaja y archiva tus proyectos en formatos sin pérdida como PNG, TIFF o EXR para imágenes, o secuencias de imágenes para vídeo. Cuando debas exportar a un formato con compresión, usa la configuración de calidad más alta posible. Para JPEG, un valor de 90 o superior suele evitar los bloques visibles. En vídeo, bitrates altos y codecs eficientes como H.264 en un perfil High o H.265 mantienen mejor los detalles.
Corregir artefactos en imágenes existentes
Si ya tienes una imagen con artefactos, puedes aplicar filtros para suavizarlos. Un desenfoque gaussiano ligero o un filtro específico para reducir ruido pueden ayudar, pero recuperar la información perdida es imposible. Herramientas de IA para remuestrear o escalar, como las que integran algunos editores, a veces logran reconstruir detalles de forma plausible. La mejor solución es siempre volver al archivo original de mayor calidad.
Es el eterno dilema: quieres que tu portfolio se cargue rápido, pero no quieres que parezca un mosaico pixelado de los años 90. Encontrar el equilibrio perfecto entre peso y calidad es parte del oficio.