Protege a tu mascota de parásitos internos y externos
Las pulgas, las garrapatas y los gusanos intestinales afectan la salud de perros y gatos. Estos parásitos pueden transmitir enfermedades graves y causar molestias importantes. Por eso, es fundamental que apliques tratamientos preventivos de forma regular. Tu veterinario te recomienda el producto más adecuado según la especie, el peso y el estilo de vida de tu animal. No todos los antiparasitarios actúan contra todos los parásitos, por lo que seguir las indicaciones profesionales es clave para una protección completa.
Los parásitos externos pican y se alimentan
Las pulgas y las garrapatas son insectos que viven en el pelaje. Se adhieren a la piel para alimentarse de sangre, lo que genera picor intenso, irritación y puede derivar en alergias o anemia. Además, actúan como vectores de otros patógenos. Las garrapatas, por ejemplo, transmiten la enfermedad de Lyme y la babesiosis. Para combatirlos, existen pipetas, collares y comprimidos que eliminan a estos huéspedes no deseados y rompen su ciclo de vida.
Los parásitos internos habitan en el organismo
Los gusanos redondos, los planos y los anquilostomas se alojan en el intestino, el corazón o los pulmones. Su presencia puede pasar desapercibida al inicio, pero con el tiempo provoca diarrea, vómitos, pérdida de peso y un deterioro general. Algunos, como los gusanos del corazón, ponen en riesgo la vida de la mascota. Los desparasitantes internos, que suelen administrarse en forma de pastilla o jarabe, eliminan estos parásitos y previenen que se establezcan.
A veces parece que tu perro o gato lleva un zoológico portátil en su lomo, pero la broma termina cuando esos inquilinos empiezan a facturar por servicios no solicitados. Más vale prevenir que rascar.