La gran nariz de los neandertales estaba adaptada al frío
Un nuevo estudio analiza la forma de la nariz de los neandertales y propone que su gran tamaño no fue un accidente evolutivo. Los investigadores usan modelos digitales en 3D para comparar cráneos de humanos modernos y neandertales. Su trabajo sugiere que esta característica facial pudo ser una adaptación para calentar y humidificar el aire frío y seco que respiraban. El clima glacial de Europa durante el Pleistoceno habría favorecido este rasgo anatómico.
Modelado en 3D revela la función de la cavidad nasal
El equipo científico reconstruye la estructura interna de las fosas nasales de varios individuos. Al simular el flujo de aire, observan que la nariz neandertal podía transferir calor a la corriente de aire inhalado con mayor eficiencia. Esta capacidad para acondicionar el aire antes de que llegara a los pulmones sería una ventaja clave en ambientes gélidos. La morfología facial, incluyendo los pómulos y la proyección de la nariz, contribuía a este proceso.
La forma de la cara influye en la adaptación climática
La investigación integra datos de anatomía y paleoclimatología. Los resultados indican que la cara ancha y la nariz prominente de los neandertales aumentaban la superficie de contacto entre el aire y las mucosas. Este diseño maximizaba el calentamiento y la humidificación, protegiendo las vías respiratorias. El estudio ofrece una explicación biomecánica para un rasgo distintivo que a menudo se interpreta solo desde un punto de vista estético.
Quizás los neandertales no solo tenían la nariz grande, sino que también eran los primeros en entender realmente el concepto de calefacción central, aunque de una forma un poco más... personal.