La Guerra de los Mundos narra una invasión marciana
La novela de H. G. Wells relata cómo unos cilindros procedentes de Marte aterrizan en la campiña inglesa. De ellos emergen unas criaturas que construyen máquinas de guerra con forma de trípode. Estas máquinas, equipadas con un rayo calorífico y un humo negro venenoso, comienzan a exterminar a la población humana de forma metódica. El narrador, un hombre de ciencia sin nombre, describe en primera persona el pánico y la desesperación que se apoderan de la sociedad mientras la civilización se derrumba.
La alegoría del colonialismo se hace evidente
Wells construye una potente crítica al imperialismo británico de su época. Los marcianos llegan a un mundo que consideran inferior, igual que las potencias europeas hacían con otros continentes. No buscan dialogar, solo dominar y explotar los recursos. La humanidad, que antes colonizaba, ahora se enfrenta a una fuerza tecnológicamente superior que la trata como a insectos. La novela invita a reflexionar sobre la ética de la conquista y la fragilidad de la supuesta superioridad civilizatoria.
La ciencia ficción cambia para siempre con esta obra
Esta novela establece los pilares del subgénero de invasión extraterrestre. Introduce elementos que se volverían arquetípicos, como naves en forma de cilindro, máquinas de guerra con patas y armas de energía. Su tono realista y documental, que mezcla detalles científicos con una narrativa de supervivencia, influye en generaciones de escritores y creadores. La historia muestra que el progreso tecnológico no garantiza la seguridad si aparece una amenaza más avanzada.
Resulta irónico pensar que una de las mayores amenazas para los invasores, organismos microscópicos contra los que no tienen defensas, siempre estuvo aquí. A veces, la solución a un problema apocalíptico no está en un arma más grande, sino en algo diminuto y despreciado.