Senua's Saga Hellblade II muestra el potencial de Unreal Engine 5
El videojuego Senua's Saga: Hellblade II se desarrolla con Unreal Engine 5. Este motor gráfico permite que el título presente un apartado visual muy detallado. El equipo de Ninja Theory emplea técnicas como el escaneo tridimensional de alta fidelidad para crear modelos de personajes que se asemejan mucho a los actores reales. La fotogrametría y la tecnología Nanite ayudan a reconstruir los paisajes de Islandia con un gran nivel de detalle en las texturas de rocas, agua y vegetación. El sistema de iluminación global Lumen genera una atmósfera naturalista y opresiva que define la experiencia visual del juego.
El motor Unreal Engine 5 sustenta su fotorrealismo
Para lograr este nivel visual, Hellblade II se apoya en las herramientas principales de Unreal Engine 5. La tecnología Nanite procesa geometría virtualmente ilimitada, lo que permite que los entornos muestren una complejidad extrema sin afectar al rendimiento de forma crítica. Por otro lado, Lumen calcula la iluminación global y los reflejos en tiempo real, lo que hace que la luz interactúe de manera dinámica con las superficies y la atmósfera. Estas características técnicas combinadas son las que consiguen que el juego presente una calidad gráfica que muchos consideran un referente actual.
La creación de personajes y entornos alcanza alta fidelidad
El proceso para crear a Senua y su mundo implica capturar datos del mundo real. Los desarrolladores escanean en tres dimensiones a los actores, incluyendo sus expresiones faciales, para transferir ese realismo al modelo digital. Para los entornos, se usa fotogrametría, capturando miles de fotografías de localizaciones en Islandia que luego se convierten en assets digitales. Este método, unido a las capacidades de Nanite, da como resultado paisajes vastos y creíbles. El sonido binaural y el diseño de audio espacial completan la experiencia inmersiva, dirigiendo las voces que la protagonista percibe directamente al jugador.
El verdadero reto no es solo que el juego parezca real, sino que funcione con fluidez mientras procesa tantos detalles; afortunadamente, los jugadores no necesitan un ordenador cuántico, aunque una tarjeta gráfica potente sí es recomendable.