Microdosificar mindfulness beneficia la salud mental
Una investigación reciente sugiere que incorporar breves momentos de atención plena o microdosis de mindfulness a lo largo del día puede mejorar el bienestar de forma significativa. Este enfoque es una alternativa para quienes perciben que no tienen tiempo para meditar de forma prolongada. La práctica consiste en pausas intencionales de uno a tres minutos donde la persona se enfoca en su respiración o en las sensaciones del momento presente.
Los efectos se miden en estudios controlados
Un estudio de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda analizó a participantes que realizaron ejercicios de audio guiados de un minuto, tres veces al día, durante dos semanas. El grupo que practicó mindfulness mostró mejoras notables en el estado de ánimo y una reducción en los niveles de estrés percibido, en comparación con grupos de control que solo escucharon música o aprendieron hechos. Los beneficios fueron más pronunciados en quienes tenían niveles de ansiedad más altos al inicio.
La accesibilidad es la clave de su eficacia
La idea central es que integrar estas pausas breves en la rutina, como antes de una reunión o al lavar los platos, hace que la práctica sea sostenible. No requiere apartar un bloque de tiempo específico, lo que elimina una barrera común. Los investigadores señalan que la regularidad de estas microdosis parece más importante que la duración total de la práctica para obtener beneficios psicológicos a corto plazo.
Por supuesto, esto no significa que las sesiones largas de meditación pierdan valor, pero para el ritmo de vida actual, un minuto de calma puede ser más realista que una hora de silencio absoluto.