La torre biométrica mide parámetros oculares para fabricar lentes multifocales
Una torre biométrica es un equipo optométrico que reúne varios instrumentos en una sola estación para medir con precisión los parámetros del ojo de un paciente. Su función principal es recopilar los datos necesarios para diseñar y fabricar lentes oftálmicas personalizadas, especialmente lentes progresivas o multifocales. Estos dispositivos automatizan y agilizan el proceso de tomar medidas como la distancia pupilar, la altura del segmento, la curvatura corneal y la refracción objetiva. Al integrar varias tecnologías en un solo flujo, se reduce el margen de error que puede surgir al usar instrumentos separados y se garantiza que todas las mediciones se tomen desde la misma posición de referencia del paciente.
Cómo funciona el proceso de medición integrada
El paciente apoya la barbilla y la frente en el soporte de la torre, y el profesional opera el sistema desde una pantalla táctil o un ordenador. La torre guía automáticamente al examinador a través de una secuencia de mediciones. Primero, una cámara de vídeo o un topógrafo corneal captura la posición de las pupilas y la curvatura de la córnea. Luego, un autorrefractómetro o un aberrómetro mide el error refractivo del ojo. Algunos modelos avanzados también incluyen un queratómetro para medir la curvatura corneal anterior y un tonómetro para medir la presión intraocular. Todos estos datos se fusionan en un informe único que se envía al laboratorio óptico.
Por qué es clave para las lentes progresivas personalizadas
Para que un lente multifocal ofrezca una visión nítida a todas las distancias, su diseño debe alinearse con la anatomía única del ojo y la forma en que el usuario mueve la mirada. La torre biométrica proporciona las medidas exactas de la posición de las pupilas respecto al marco de las gafas y la distancia al vértice corneal. Esto permite al fabricante tallar los canales de progresión del lente en la posición óptima, evitando que el usuario perciba zonas de visión borrosa o distorsionada. Sin estos datos biométricos, el ajuste de unas lentes progresivas sería menos preciso y podría requerir más adaptación.
Un dato curioso es que, aunque la tecnología es muy precisa, aún depende de que el paciente mantenga la cabeza quieta. Un estornudo inoportuno durante la medición puede significar tener que repetir todo el proceso, lo que prueba que hasta la máquina más avanzada lucha contra la biología humana más básica.