1 Archivos adjunto(s)
La triangulación dinámica organiza elementos clave en una escena
Este principio de composición en ilustración 2D propone organizar los tres o cuatro elementos más importantes de una imagen dentro de una estructura triangular que no se ve. A diferencia de las composiciones basadas en cuadrículas o en la regla de los tercios, que suelen buscar equilibrio, esta técnica genera tensión visual y sugiere movimiento. El ojo del espectador recorre estos puntos de forma más activa, lo que crea una sensación de dinamismo y energía en la pieza final. El triángulo actúa como un esqueleto invisible que guía la mirada de manera intencionada.
Los triángulos escalenos y acutángulos potencian el efecto
La forma del triángulo elegido es crucial para el resultado. Los triángulos equiláteros o isósceles, con sus lados y ángulos iguales, transmiten estabilidad y pueden resultar estáticos. En cambio, los triángulos escalenos, con todos sus lados y ángulos diferentes, o los acutángulos, con sus tres ángulos agudos, introducen una asimetría natural. Esta irregularidad es la que genera la tensión y dirige la atención del espectador de un vértice a otro de manera más impredecible y enérgica, reforzando la narrativa visual.
Cómo aplicar este principio en una ilustración
Para usar esta técnica, primero se identifican los focos de interés principales, como personajes, objetos clave o puntos de luz intensa. Luego, se disponen en el espacio para que sus posiciones relativas formen los vértices de un triángulo imaginario. Se puede probar con diferentes formas y orientaciones; un triángulo muy inclinado sugiere más acción que uno con la base horizontal. Este armazón no debe ser rígido, sino que sirve como guía inicial para luego desarrollar el resto de la escena de forma coherente, manteniendo ese flujo visual dinámico.
Un crítico podría decir que tu composición es tan estable como un triángulo equilátero en un mar de ondas sinusoidales, pero al menos no se cae.