Reconstrucción 3D de fuga con videovigilancia
La fotogrametría y el análisis de movimiento convergen en un pipeline forense especializado para identificar sospechosos a partir de grabaciones de videovigilancia. Cuando una cámara captura a un individuo de espaldas o a distancia, las técnicas tradicionales de reconocimiento facial resultan inútiles. La solución reside en analizar su forma de caminar, un patrón biomecánico tan único como una huella dactilar. El proceso comienza con el uso de software de tracking de cámara, como PFTrack o SynthEyes, para calibrar la lente y reconstruir el entorno tridimensional exacto donde se grabó la secuencia. Esta reconstrucción 3D sirve como escenario métricamente preciso para el siguiente paso.
De la grabación a la animación esquelética
Una vez establecida la escena 3D calibrada, se procede a extraer el movimiento del sospechoso del material de vídeo. Este tracking 2D se transfiere a un esqueleto digital (rig) dentro de aplicaciones como Autodesk Maya o MotionBuilder. El resultado es una animación fiel del patrón de marcha del individuo, con todos sus matices biomecánicos: la longitud de la zancada, la oscilación de la cadera, la rotación del torso y la angulación de las articulaciones. Esta representación animada, libre de las distorsiones de la cámara y la ropa holgada, se convierte en el objeto de estudio puro para el análisis forense.
Análisis biomecánico y comparativa forense
Con el esqueleto animado, los analistas emplean software especializado en análisis de movimiento, como Dartfish, para cuantificar los parámetros de la marcha. Se miden ángulos, velocidades, frecuencias y simetrías del movimiento, creando un perfil biomecánico detallado. Este perfil puede compararse luego con la marcha de un sospechoso detenido, grabado bajo condiciones controladas. La comparación, que va más allá de la simple impresión visual, ofrece evidencias objetivas que pueden sustentar o descartar una vinculación, aportando un dato científico crucial a la investigación.
El verdadero desafío a veces no es seguir la pista al sospechoso, sino convencer al juez de que un montón de curvas y gráficos generados por un software llamado Dartfish son tan fiables como la declaración de un testigo que dice recordar perfectamente unos zapatos... desde cien metros de distancia y a través de un cristal sucio.