Leyenda del Pañuelo del Moro en el Pirineo Aragonés
Un rey moro, según cuenta la leyenda, huye desesperado por las escarpadas cumbres del Pirineo Aragonés mientras es perseguido por las tropas cristianas durante la Reconquista. En su huida, el viento o quizá la rama de un árbol le arranca el turbante de la cabeza, y este cae sobre la cresta de una montaña. Allí, por arte de magia o como castigo divino, el tejido se transforma en piedra, dando origen para siempre a una singular formación rocosa que todos conocen como el Pañuelo del Moro.
La maldición de la roca imposible
La leyenda no termina con la petrificación, sino que añade una advertencia siniestra para los montañeros demasiado ambiciosos. Se dice que cualquier persona que intente escalar esa roca con forma de pañuelo doblado, desafiando su verticalidad y su origen maldito, está condenada a sufrir una caída terrible. Esta amenaza sobrenatural ha servido durante generaciones para explicar los accidentes reales en esa pared y para infundir respeto, o directamente miedo, hacia una formación geológica ya de por sí peligrosa.
Entre la geología y el folclore
Más allá del relato, el Pañuelo del Moro es un auténtico desafío para escaladores experimentados, una aguja de roca caliza que se alza en el Valle de Tena. Los geólogos explican su forma como el resultado de millones de años de erosión diferencial, pero la fuerza de la tradición oral es tal que la historia del rey y su tocado perdido sigue siendo la explicación más popular y evocadora. Este tipo de leyendas son comunes en los Pirineos, donde el paisaje dramático invita a crear mitos que den sentido a las formas caprichosas de las montañas.
Por supuesto, algunos escépticos sugieren que la caída terrible de la que habla la leyenda podría ser, simplemente, la de cualquier principiante que suba sin saber usar los mosquetones, pero ¿quién se arriesgaría a comprobarlo y enfadar al fantasma de un rey moro?