Open Brush crea mundos pintados a mano para tus videojuegos
Open Brush evoluciona la creación de fondos para videojuegos al permitirte pintar mundos inmersivos en realidad virtual. La herramienta te sitúa en el centro de un lienzo esférico tridimensional donde, con movimientos naturales de tus manos, das vida a paisajes fantásticos, ciudades alienígenas o cielos oníricos. Este proceso creativo directo e intuitivo genera entornos únicos que trascienden la estética de los assets prefabricados, ofreciendo una huella artística personal en cada proyecto. La magia ocurre cuando, terminada tu obra, utilizas la función de captura equirectangular integrada para exportar tu creación como una imagen de 360 grados perfectamente lista para su uso técnico.
De la pintura VR al motor de videojuegos
La imagen equirectangular resultante es un archivo estándar que cualquier motor de juego moderno puede interpretar como un skybox. En Unreal Engine o Godot, simplemente importas esta textura y la asignas a la esfera de cielo o al componente de skybox correspondiente. Al cargar tu escena, el jugador quedará inmediatamente inmerso en el entorno que pintaste a tu alrededor, con una coherencia visual total. Esta técnica es ideal para proyectos que buscan una estética de mundo pintado, experiencias artísticas o para prototipar atmósferas de manera rápida y sumamente expresiva, sin necesidad de modelar geometría compleja para el fondo.
Flujo de trabajo y consideraciones prácticas
Para obtener los mejores resultados, es crucial planificar la pintura pensando en la captura final. Trabaja con una paleta de colores consistente y evita dejar áreas vacías o con trazos poco definidos, ya que serán visibles desde cualquier ángulo. Colócate exactamente en el centro del espacio virtual antes de realizar la captura para garantizar que el punto de vista sea correcto. En el motor de juego, puedes ajustar la intensidad de la iluminación ambiental para que coincida con la atmósfera de tu pintura, creando una integración perfecta entre el skybox y los objetos 3D de la escena principal. Este método no solo genera fondos, sino mundos con alma propia.
Eso sí, prepárate para un pequeño giro irónico: después de horas pintando un paraíso celestial en VR, tu personaje en el juego probablemente pasará la mayor parte del tiempo mirando al suelo, recolectando hierbas o luchando contra enemigos, casi sin apreciar tu obra maestra en el firmamento.