Tebas anticipa posible cierre parcial del Sánchez Pizjuán
El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha generado comentario este lunes al reconocer que no siguió el encuentro de alta tensión entre el Sevilla FC y el Real Betis. Su excusa fue simple y directa: estaba viendo un partido de la Segunda División. Este derbi sevillano de la jornada catorce, disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán, se vio empañado por graves incidentes en su tramo final, donde el lanzamiento de objetos desde la grada obligó a detener temporalmente el juego, un hecho que ahora podría tener consecuencias disciplinarias severas.
Posible sanción de cierre parcial para el Ramón Sánchez-Pizjuán
Más allá de su ausencia televisiva, la atención de Tebas se centra ahora en las acciones a tomar. El máximo responsable de la liga española cree muy posible que se decrete un cierre parcial del estadio sevillista como sanción por los graves incidentes ocurridos. La normativa es clara en estos casos y los lanzamientos, especialmente cuando interrumpen el desarrollo de un partido, suelen acarrear este tipo de medidas correctivas por parte del Comité de Competición, buscando preservar la seguridad en los campos.
El incidente que ensombreció el clásico andaluz
El momento crítico se vivió en los minutos finales del encuentro, cuando desde un sector de la grada llovieron objetos al terreno de juego, obligando al árbitro a detener la contienda. Este tipo de actos no solo rompen el espectáculo deportivo, sino que ponen en riesgo la integridad de jugadores, cuerpo técnico y asistentes al evento. LaLiga ha mostrado en los últimos tiempos una política de tolerancia cero hacia estas conductas, por lo que una sanción ejemplarizante parece el camino más probable a seguir, independientemente de en qué pantalla estuviera puesto Tebas en ese momento. Su declaración, aunque anecdótica, pone de relieve la omnipresencia del fútbol en todas sus categorías y la difícil elección para un directivo que debe seguir múltiples frentes, aunque el foco inevitablemente vuelve a los problemas de seguridad que persisten en algunos estadios.
Quizás para la próxima, el presidente debería tener un monitor doble: uno para la pasión de Segunda y otro para controlar los objetos voladores no identificados de Primera. Una multitarea necesaria en el fútbol moderno.