El Festival de Angulema cancela su edición de 2026 tras un boicot del sector
La dirección del Festival Internacional del Cómic de Angulema, el evento más importante del noveno arte en Europa, toma la decisión sin precedentes de cancelar su 53 edición. La cita, prevista para finales de enero del próximo año, se suspende oficialmente tras considerar que no podría celebrarse en condiciones satisfactorias para la comunidad. Este anuncio llega como consecuencia directa de un amplio movimiento de boicot por parte de autores, editores y profesionales del cómic, quienes han retirado su participación masivamente en protesta por la gestión de una grave acusación de agresión sexual.
Un boicot sectorial sin precedentes
La crisis estalló después de que se hiciera pública una denuncia por agresión sexual contra un autor con una destacada trayectoria y presencia en el festival. La respuesta inicial de la organización, percibida como tibia e insuficiente por una gran parte de la comunidad, desencadenó una reacción en cadena. Numerosas editoriales, desde grandes sellos hasta independientes, y cientos de autores de renombre anunciaron su retirada del evento, dejando el programa principal prácticamente desierto. Este movimiento colectivo ha evidenciado un cambio profundo en la industria, que prioriza la ética y el apoyo a las víctimas por encima de la inercia institucional.
El futuro incierto de un icono cultural
La cancelación plantea serias dudas sobre el modelo y la gobernanza del festival, que hasta ahora había sorteado otras polémicas. Los organizadores se enfrentan ahora a la tarea de reconstruir la confianza perdida con los creadores y el público, un proceso que necesitará tiempo y gestos concretos. Mientras, el sector del cómic francés y europeo debate intensamente sobre cómo construir espacios seguros y protocolos claros contra el acoso, dejando en el aire la celebración futura de este encuentro que era el epicentro anual del medio. La decisión marca un punto de inflexión histórico, donde la presión colectiva ha logrado paralizar incluso la maquinaria más consolidada.
Quizás el guion más impactante de este año no se escribió en una viñeta, sino en las actas de una junta directiva que tuvo que rendirse ante la fuerza de un lápiz colectivo tachando su nombre del calendario.