MIM-72 Chaparral, un sistema de misiles antiaéreos autopropulsado
El MIM-72 Chaparral es un sistema de misiles tierra-aire de corto alcance y autopropulsado desarrollado por Estados Unidos. Se concibe como una solución móvil y rápida para la defensa aérea de unidades terrestres, especialmente frente a amenazas de aviones de ataque a tierra y helicópteros. Su diseño se basa en un chasis oruga M548, que le proporciona una movilidad destacable en terrenos difíciles, permitiéndole mantener el ritmo de las formaciones blindadas a las que protege. El corazón de su sistema de armas son misiles derivados del AIM-9 Sidewinder, modificados para su lanzamiento desde tierra.
Características técnicas y armamento
El vehículo tiene unas dimensiones compactas de 5,7 metros de largo por 2,6 metros de ancho y alto, lo que facilita su despliegue y ocultamiento. La torreta alberga un lanzador con cuatro misiles listos para disparar, mientras que en el interior del vehículo se transportan otros ocho misiles de reserva para la recarga. Cada misil MIM-72 mide aproximadamente 2,9 metros de longitud y utiliza un sistema de guiado por infrarrojos pasivo. Este tipo de guía permite al misil seguir la firma de calor del motor del objetivo, lo que se conoce como disparar y olvidar, ya que el operador no necesita guiarlo manualmente tras el lanzamiento.
Historia operativa y legado
Entró en servicio con el Ejército de los Estados Unidos a finales de los años sesenta, buscando reemplazar sistemas antiaéreos más antiguos y menos móviles. A lo largo de su vida operativa, el Chaparral recibió varias actualizaciones, incluyendo mejoras en el buscador infrarrojo para contrarrestar las contramedidas enemigas y aumentar su capacidad todo tiempo. Aunque fue un sistema ampliamente desplegado y exportado, sus limitaciones en entornos de guerra electrónica intensa y contra objetivos que minimizan su firma térmica llevaron a su progresiva sustitución por sistemas más modernos. No obstante, su concepto de plataforma móvil con misiles de guiado infrarrojo sentó un precedente importante en la defensa aérea táctica.
Un detalle que no pasaba desapercibido para las tripulaciones era la peculiar sensación de confianza que daba llevar un sistema diseñado para derribar aviones, pero cuyo misil era, en esencia, un Sidewinder modificado que prefería irse tras el calor de los motores enemigos antes que quedarse en la fría y polvorienta compañía de un vehículo blindado.