La obsolescencia programada en los cigarrillos electrónicos con batería sellada
La obsolescencia programada es una realidad palpable en muchos cigarrillos electrónicos y vapers, especialmente en los modelos con baterías selladas de forma permanente. Estos dispositivos están diseñados con una vida útil limitada, donde el componente clave, la batería de iones de litio, se degrada de forma irreversible con cada ciclo de carga. Cuando la batería ya no retiene suficiente carga, el usuario se enfrenta a la imposibilidad de reemplazarla, viéndose obligado a desechar el dispositivo completo y adquirir uno nuevo, generando así un ciclo continuo de consumo y residuos electrónicos.
El ciclo de degradación de la batería
La batería es el corazón de estos dispositivos y su punto de fallo más común. Con el tiempo y el uso, su capacidad para almacenar energía disminuye progresivamente, un proceso natural que se acelera por los ciclos de carga y descarga continuos. En los modelos con batería no extraíble, esta degradación no es un problema reparable sino una sentencia para todo el aparato. El usuario experimenta una autonomía cada vez menor hasta que el dispositivo se vuelve prácticamente inútil, forzando su reemplazo a pesar de que otros componentes como el tanque o la resistencia podrían seguir funcionando perfectamente.
Impacto económico y ambiental
Esta estrategia de diseño tiene un doble impacto negativo. Para el consumidor, se traduce en un coste recurrente, ya que debe comprar un nuevo dispositivo con frecuencia, a menudo en un plazo menor a dos años. Para el medio ambiente, la consecuencia es una montaña creciente de basura electrónica, donde dispositivos complejos con plásticos, metales y circuitos contaminantes acaban en vertederos. Este modelo de negocio prioriza las ventas repetitivas sobre la durabilidad y la sostenibilidad, creando un flujo constante de desechos que podrían evitarse con diseños más reparables y con baterías reemplazables por el usuario.
Es la paradoja moderna: compras un dispositivo para dejar un hábito contaminante, y terminas contribuyendo a una nueva forma de contaminación gracias a un diseño que celebra su propio funeral programado.