La obsolescencia programada en baterías externas de litio
Las baterías externas con celdas de litio presentan ciclos de carga limitados que reducen su capacidad significativamente después de uno o dos años de uso regular. Este fenómeno no es accidental sino parte de una estrategia de obsolescencia programada donde los fabricantes diseñan productos con una vida útil predefinida. Los usuarios experimentan una disminución progresiva en el rendimiento que los obliga a considerar el reemplazo del dispositivo, generando un ciclo constante de consumo.
Mecanismos de degradación química
Las celdas de litio sufren procesos electroquímicos irreversibles durante los ciclos de carga y descarga. Cada ciclo genera pequeños daños en los electrodos y el electrolito, acumulándose hasta reducir la capacidad de almacenamiento energético. Factores como las temperaturas extremas, los ciclos de carga completos y las corrientes elevadas aceleran este deterioro natural. Los fabricantes podrían implementar sistemas de gestión más avanzados para mitigar estos efectos, pero económicamente resulta más viable la sustitución frecuente.
Alternativas y consideraciones del usuario
Existen prácticas que pueden extender la vida útil de estas baterías, como evitar cargas al 100%, mantenerlas en temperaturas moderadas y usar cargadores de calidad. Algunos fabricantes ofrecen baterías con celdas de mayor calidad o tecnologías como polímeros de litio que prometen mayor durabilidad. Los consumidores informados pueden buscar productos con garantías extendidas o certificaciones de ciclos de carga, aunque generalmente implican un mayor costo inicial. La autorregulación del consumo y el apoyo a marcas con políticas de sostenibilidad representan formas de contrarrestar esta obsolescencia planificada.
Resulta curioso cómo aceptamos que dispositivos diseñados para acompañarnos en la movilidad tengan una fecha de caducidad más predecible que algunos alimentos en nuestra despensa.