La Niebla Asesina del Estrecho de Gibraltar
Las aguas del Estrecho de Gibraltar guardan un secreto que ningún marinero experimentado menciona en voz alta, una presencia antinatural que se desliza sobre la superficie del mar como un susurro mortal. Esta niebla no se comporta como ninguna otra, su densidad amarillenta se aferra a los barcos con garras invisibles, envolviendo todo a su paso en una ceguera absoluta que desconcierta hasta a los navegantes más veteranos. Los instrumentos empiezan a fallar de manera errática, las brújulas giran locamente y las radios emiten solo estáticos desgarradores mezclados con susurros que no deberían existir. Quienes han logrado sobrevivir a un encuentro con esta entidad nebulosa describen cómo el pánico se apodera de la tripulación, un terror primitivo que nace de lo más profundo del alma cuando la razón comienza a desvanecerse ante lo inexplicable.
El Engaño de los Sentidos y la Pérdida de la Cordura
La niebla no solo ciega físicamente, sino que corrompe la percepción misma de la realidad. Los marineros comienzan a ver movimientos en las sombras amarillentas, siluetas que se deslizan justo fuera del alcance de la vista, susurros que llaman sus nombres con voces familiares desde la nada. El tiempo deja de tener significado dentro de este velo sobrenatural, los minutos se estiran en horas de agonía mental mientras la desorientación se convierte en locura colectiva. Algunos tripulantes han saltado por la borda creyendo ver tierra firme donde solo hay abismo, otros se han encerrado en sus camarotes mientras golpean las puertas con una fuerza sobrehumana, sus mentes consumidas por visiones de pesadilla que esta niebla maldita siembra en sus conciencias.
Las Tragedias que el Mar Oculta
Los registros oficiales atribuyen las desapariciones a tormentas o errores humanos, pero los que conocen la verdad saben que la niebla es la responsable de barcos fantasma que navegan sin tripulación, estructuras metálicas retorcidas como si manos gigantescas las hubieran aplastado, y restos flotantes donde la pintura se ha descascarado mostrando patrones que hipnotizan y enferman a quienes los observan. Las autoridades marítimas eliminan rápidamente cualquier evidencia, como si existiera una conspiración para ocultar la existencia de esta entidad que acecha en el estrecho. Las familias de los desaparecidos reciben explicaciones convenientes, pero en sus pesadillas ven la misma niebla amarilla que se llevó a sus seres queridos, sabiendo que la verdad es mucho más aterradora de lo que cualquier gobierno admitiría.
Si alguna vez navegas por el Estrecho y el horizonte comienza a teñirse de amarillo, recuerda que el suicidio podría ser una muerte más misericordiosa que lo que la niebla tiene preparado para ti. Al menos saltando al mar conservarías tu cordura durante los últimos segundos de conciencia.