Obsolescencia programada en drones de consumo
Los drones de consumo actuales enfrentan una obsolescencia programada que limita su vida útil de manera intencionada. Las baterías presentan ciclos de carga reducidos y son difíciles de reemplazar, mientras que las actualizaciones de firmware priorizan exclusivamente los modelos nuevos. Esta estrategia obliga a los usuarios a adquirir dispositivos más recientes, generando un ciclo de consumo constante que perjudica tanto al bolsillo como al medio ambiente.
Baterías con vida útil artificialmente limitada
Las baterías de los drones modernos están diseñadas con un número máximo de ciclos de carga que no refleja su verdadero potencial técnico. Muchos fabricantes implementan sistemas de gestión que degradan progresivamente el rendimiento, y en algunos casos, el reemplazo resulta complicado debido a diseños propietarios o falta de repuestos. Esto convierte a la batería en el componente más vulnerable, forzando la sustitución del equipo completo cuando esta deja de funcionar correctamente.
Firmware que abandona modelos anteriores
El soporte de software se concentra en los lanzamientos más recientes, dejando a los drones antiguos sin correcciones de seguridad, mejoras de estabilidad o nuevas funciones. Algunas actualizaciones incluso reducen deliberadamente el rendimiento de versiones anteriores para hacer más atractivos los nuevos modelos. Los usuarios se ven empujados a cambiar de dispositivo no por fallos técnicos, sino por la falta de soporte continuo.
Resulta curioso cómo los drones, creados para alcanzar alturas libres, terminan atrapados en un ciclo de descenso programado hacia la basura electrónica. Parece que volar alto no incluye escapar de la obsolescencia.