Si eres un infante, esto es lo que nunca verás bajo el árbol de navidad
Hay un regalo que tus padres te han estado haciendo toda la vida, pero que nunca encontrarás envuelto en papel brillante.
Es el regalo de los silencios que guardaron para no preocuparte. De las preocupaciones que transformaron en sonrisas para recibirte. De las horas extra de trabajo que se convirtieron en el techo que te cobija, la comida que te nutre y los estudios que forjaron tu futuro.
Mientras crecías, quizás anhelabas el juguete más nuevo, la consola más potente. Tus padres anhelaban, en silencio, un día más de salud para ti, una de tus risas, un abrazo espontáneo. Su lista de deseos siempre tuvo un solo ítem: tu felicidad.
Ahora que eres mayor, el mundo te exige velocidad, éxito, posesiones. Pero en su mirada, el éxito nunca se midió por tu cargo o tu cuenta bancaria, sino por la luz en tus ojos y la paz en tu corazón.
El consumismo nos dice que el amor se demuestra con cosas grandes y costosas. Pero la verdad más profunda es que el amor de tus padres ya está demostrado en cada cosa pequeña y aparentemente invisible: en la llamada que no olvidan, en la comida favorita que preparan por si acaso pasas, en el orgullo con que dicen tu nombre.
Este año, no les des solo un regalo. Devuélveles, aunque sea un poco, el regalo que te han dado a ti desde siempre: tu tiempo.
Porque el reloj no se detiene. Y mientras tú estás ocupado construyendo tu vida, la de ellos avanza hacia su ocaso. Lo que más atesoran no cabe en una caja. Es tu presencia, tu atención, un recuerdo nuevo que crear juntos.
No se trata de lo que gastas, sino de lo que inviertes en ellos. Invertir en una conversación sin prisa, en revivir una vieja historia, en preguntar ¿cómo estás de verdad? y esperar la respuesta.
El regalo más valioso que puedes darles es hacerles sentir que su obra maestra, tú, los recuerda, los valora y, sobre todo, los elige.
Porque después de una vida de elegirte a ti, por encima de todo, ¿no es hora de que sientan que ellos son tu elección más consciente?
Esta Navidad, el mejor regalo no está en el centro comercial. Está en devolverles, por un momento, la paz de saber que todo su amor no fue en vano.
Y si decides no hacerlo, no te preocupes por ti, ellos te van a seguir queriendo igual.