Pat Gelsinger revela cómo sus iniciales quedaron grabadas en cada procesador i386
Pat Gelsinger, un joven ingeniero de Intel en los años 80, decide incluir sus iniciales PG en las máscaras de silicio del procesador i386 como un gesto personal. Cuando Andy Grove, el entonces CEO, descubre las iniciales durante una revisión del diseño, confronta a Gelsinger preguntándole si son suyas. En un acto de audacia, Gelsinger responde que significan Processor Grade, argumentando que es una marca de control de calidad. Grove acepta la explicación sin cuestionarla, permitiendo que las iniciales permanezcan en todos los chips producidos.
La estrategia detrás de la marca personal
Gelsinger reconoce que su decisión fue un riesgo calculado, motivado por el deseo de dejar su huella en un proyecto histórico. En lugar de retirar las iniciales, opta por convertir el gesto en una ventaja, presentándolo como un sistema de verificación interna. Esta jugada no solo salvaguarda su participación simbólica en el chip, sino que también refleja la cultura de innovación y empoderamiento que Intel fomentaba entre sus ingenieros durante esa época.
El legado del i386 y su impacto
El i386 se convierte en un pilar de la computación personal, impulsando la era de los PC modernos y estableciendo el estándar para procesadores posteriores. Las iniciales de Gelsinger, inadvertidamente, se transforman en parte de la historia de la tecnología, apareciendo en millones de dispositivos. Este episodio ilustra cómo los pequeños detalles pueden perdurar en productos icónicos, añadiendo un toque humano a la ingeniería de precisión.