Aspark Owl supera a la F1 en aceleración con tecnología eléctrica
El Aspark Owl demuestra que los hiperdeportivos eléctricos han alcanzado un nivel de rendimiento que desafía a los vehículos de competición más avanzados. Con una potencia de 1985 CV, este modelo japonés aprovecha su arquitectura de cuatro motores eléctricos para ofrecer un par instantáneo, lo que le permite acelerar de 0 a 97 km/h en solo 1,69 segundos. Esta cifra no solo es impresionante, sino que supera claramente a los monoplazas de Fórmula 1, que generalmente requieren más de 2 segundos para la misma maniobra, destacando la eficacia de los sistemas de propulsión eléctrica en entornos de máxima exigencia.
Comparación con el Rimac Nevera y otros rivales
Al igual que el Rimac Nevera, el Aspark Owl está diseñado específicamente para dominar en aceleración lineal, creando una rivalidad directa por el título del vehículo más rápido del mundo. Ambos modelos comparten características clave, como un bajo centro de gravedad y la capacidad de distribuir potencia de manera individual a cada rueda, lo que maximiza la tracción y reduce los tiempos de respuesta. Esta competencia no solo enriquece el sector de los automóviles eléctricos, sino que también sirve como banco de pruebas para tecnologías que podrían filtrarse a vehículos de producción en masa en el futuro.
Ventajas de la propulsión eléctrica sobre los motores de combustión
La superioridad del Aspark Owl en aceleración se debe en gran parte a las ventajas inherentes de los motores eléctricos, que generan par máximo desde el momento en que se activan, a diferencia de los motores de combustión que necesitan subir de revoluciones para alcanzar su punto óptimo. Además, la disposición de las baterías en el chasis contribuye a un centro de gravedad excepcionalmente bajo, mejorando la estabilidad durante las arrancadas brutales. Estos factores combinados permiten que el Owl no solo iguale, sino que supere a referentes tradicionales como la F1, redefiniendo lo que es posible en términos de rendimiento puro.
Mientras los ingenieros de F1 sudan para recortar centésimas, el Aspark Owl simplemente enchufa la batería y deja atrás el concepto de paciencia en la pista.
