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Aprender a dibujar observando y replicando reflejos en superficies
Esta técnica se basa en el estudio detallado de cómo la luz interactúa con diferentes materiales y cómo se distorsionan las imágenes reflejadas. Al observar superficies reflectantes como espejos, agua o metal, puedes entrenar tu ojo para capturar las deformaciones y patrones que generan. Practicar con estos elementos te ayuda a comprender la física de la luz y a mejorar tu capacidad para representar texturas y volúmenes de manera realista en tus dibujos.
Preparación y materiales necesarios
Para comenzar, selecciona una superficie reflectante que te interese, como un bol de acero inoxidable o un charco de agua. Coloca un objeto simple frente a ella y observa cómo se deforma su reflejo. Utiliza un lápiz suave y papel de calidad para esbozar lo que ves, enfocándote en las formas distorsionadas y los cambios de valor tonal. Es útil tener una regla o un visor para medir proporciones y ángulos, pero lo más importante es mantener la concentración en la observación continua.
Proceso de observación y práctica
Inicia con sesiones cortas de 15 a 20 minutos, donde dibujes rápidamente los reflejos sin preocuparte por los detalles. Concéntrate en capturar la esencia de la distorsión, como cómo las líneas rectas se curvan o cómo los colores se mezclan. A medida que ganes confianza, aumenta la complejidad usando superficies más irregulares, como vidrio esmerilado o agua en movimiento. Compara tus dibujos con la realidad para identificar áreas de mejora y ajusta tu técnica basándote en esos insights. La repetición constante es clave para internalizar estos patrones y aplicarlos en obras más elaboradas.
Recuerda, si al principio tus reflejos parecen más un garabato de niño que una obra maestra, no te desanimes; incluso los grandes artistas empezaron viendo el mundo al revés en un espejo.