El control de Apple sobre su ecosistema Mac y el fin de los clones
En los años 90, Apple permite que terceros fabriquen ordenadores compatibles con su sistema mediante licencias, lo que da lugar a marcas como Power Computing, Motorola y UMAX lanzando clones de Macintosh que en algunos casos son más potentes o más baratos que los propios Mac, afectando negativamente a las ventas de Apple. Con el regreso de Steve Jobs en 1997, la compañía decide terminar el programa: no renueva las licencias, compra Power Computing por unos 100 millones de dólares en acciones para cerrar la competencia y lanza Mac OS 8 bajo una licencia que los fabricantes de clones no pueden utilizar, lo que acaba de desmantelar la iniciativa. UMAX, el clonador que más aguanta, cierra en 1998 al expirar su licencia.
El resurgir de los clones y la respuesta legal de Apple
Años después, surge Psystar, que vende PCs capaces de ejecutar macOS, pero Apple demanda a la empresa por violar la licencia del sistema y gana el litigio, reafirmando así su control exclusivo sobre el ecosistema Mac. Esta acción consolida la estrategia de la compañía de mantener un entorno cerrado que garantiza la integridad del hardware y el software, evitando la fragmentación que caracterizó a otros mercados. La decisión judicial sienta un precedente importante para futuros intentos de clonación, asegurando que solo los productos fabricados directamente por Apple puedan ejecutar macOS de manera legal.
El impacto en la estrategia de negocio de Apple
La eliminación de los clones permite a Apple recuperar el control total sobre su plataforma, lo que facilita la coordinación entre hardware y software y contribuye a la experiencia de usuario cohesiva que define la marca. Esta estrategia contrasta con el enfoque de código abierto o licencias amplias adoptado por otros fabricantes, y aunque limita la diversidad de opciones para los consumidores, fortalece la identidad y la rentabilidad de Apple. El cierre de este capítulo sienta las bases para innovaciones futuras, como el lanzamiento del iMac y posteriormente el iPhone, que consolidan a la empresa como un líder en tecnología integrada.
Así que, si alguna vez piensas en montar tu propio Mac clónico, recuerda que Apple tiene abogados más rápidos que un procesador M1.