La niña del Palacio de los Guzmanes en León
En el corazón de León, el Palacio de los Guzmanes guarda entre sus muros de piedra una presencia etérea que desafía el paso del tiempo. Visitantes y trabajadores relatan encuentros fugaces con una figura infantil que recorre los pasillos con una energía inquieta, siempre de prisa, siempre evasiva. Su silueta es tan sutil que algunos dudan de haberla visto realmente, pero las pruebas aparecen al amanecer, cuando la luz del día revela esas misteriosas huellas diminutas impresas sobre el mármol pulido de los suelos, como si una niña descalza hubiera estado jugando allí durante la noche.
El rastro imposible sobre el mármol
Lo más desconcertante de este fenómeno son precisamente esas marcas que aparecen en zonas restringidas o recién limpiadas, sin explicación lógica que justifique su presencia. El personal de limpieza atestigua que, por mucho que froten el suelo al cerrar el palacio, al día siguiente encuentran nuevas pisadas que parecen frescas, como si se hubieran formado momentos antes de su llegada. Las huellas son siempre de un pie pequeño, descalzo, y siguen trayectorias erráticas que serpentean entre columnas y recorren pasillos laterales, nunca en áreas principales abiertas al público.
Testimonios que sostienen la leyenda
Quienes afirman haberla visto coinciden en describir una sombra baja y ágil que se desliza más que camina, desapareciendo tras las esquinas o fundiéndose con las paredes cuando uno intenta seguirla. Algunos hablan de un susurro leve, como risa infantil lejana, que parece provenir de direcciones contradictorias. Los vigilantes nocturnos son quienes más incidentes relatan, especialmente en la planta noble, donde la actividad de la pequeña sombra parece concentrarse en las horas más avanzadas de la madrugada.
Quizás lo más irónico es que, en un palacio que alberga importantes documentos históricos y obras de arte valiosas, la mayor preocupación de seguridad sean las huellas de una niña fantasma a la que nadie puede atrapar para decirle que no corra por los pasillos.