La presencia que habita las ruinas del internado de Toledo
	
	
		Hay algo que se mueve entre los escombros del antiguo internado Santa María, algo que no debería estar allí. Los vecinos más antiguos del pueblo aún recuerdan con pavor la noche en que Lucía Fernández desapareció sin dejar rastro entre esos mismos muros que ahora se derrumban lentamente. Quienes se atreven a acercarse al lugar al anochecer juran haber visto una silueta pálida correteando por los pasillos devastados, siempre acompañada por el eco lejano de unas risas infantiles que se convierten en llantos cuando la luna alcanza su punto más alto.
Los testimonios de los que regresaron marcados
Alberto, el vigilante nocturno que patrulla las calles aledañas, cuenta cómo una noche vio a la niña balanceándose en un columpio oxidado que ya no existía. Describe unos ojos completamente negros que parecían absorber la poca luz que filtraban las nubes. Desde entonces padece insomnio y asegura escuchar pasitos menudos acercándose a su puerta cada madrugada. Otros testigos hablan de encontrar muñecas de porcelana rotas dispuestas en círculos perfectos, siempre mirando hacia el corazón del edificio, como si estuvieran vigilando algo... o a alguien.
El ritual que mantiene el terror vivo
Los más supersticiosos creen que Lucía nunca abandonó el internado, que su espíritu quedó atrapado en un bucle eterno repitiendo sus últimos momentos de vida. Algunos investigadores paranormales han detectado caídas bruscas de temperatura en la antigua sala de música, donde las partituras aún se mueven solas como si manos invisibles las estuvieran tocando. El personal de limpieza municipal se niega a entrar después de que uno de ellos encontrara todas las sillas del comedor principal perfectamente alineadas y cubiertas de un polvo grisáceo que olía a tierra recién removida.
Quizás deberíamos organizar una visita guiada, eso sí, con seguro de vida incluido y botellas de holy water de regalo. Al fin y al cabo, qué mejor atracción turística que un fantasma real que podría seguirte a casa.