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Cleanse es una lucha por la supervivencia en un mundo plagado de monstruos
En el cómic Cleanse de Jonathan Maberry y A.C. Zamudio, nos sumergimos en un mundo donde una plaga monstruosa ha convertido a la humanidad en criaturas grotescas que amenazan con extinguir a los pocos supervivientes. La historia se desarrolla en tiempo presente, manteniéndonos al borde del asiento mientras seguimos a los personajes principales en su lucha diaria por encontrar refugio y recursos. Cada página está cargada de tensión, donde las decisiones tomadas en segundos pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte, creando una narrativa que explora los límites de la humanidad frente a la adversidad extrema.
El arte visual que intensifica el terror
A.C. Zamudio aporta una dimensión visual impactante que complementa perfectamente la narrativa de Maberry. Las ilustraciones capturan la esencia del horror postapocalíptico con un nivel de detalle que hace tangible la desesperación y el peligro constante. Los monstruos diseñados por Zamudio no son simples criaturas, sino representaciones visuales de la corrupción y el miedo, con anatomías distorsionadas que desafían la lógica y provocan una inquietud profunda. El uso del color y la sombra crea una atmósfera opresiva que se mantiene a lo largo de toda la obra, haciendo que cada escena de acción sea tanto estéticamente poderosa como emocionalmente agotadora.
Terror con propósito y profundidad temática
Maberry no se conforma con crear simples escenas de susto, sino que construye una reflexión sobre la naturaleza humana cuando se enfrenta a la aniquilación. Los personajes deben confrontar no solo a las criaturas que los acechan, sino también sus propios demonios internos y dilemas morales. La plaga funciona como un catalizador que expone lo mejor y lo peor de la humanidad, con momentos que cuestionan hasta qué punto estaríamos dispuestos a llegar para preservar nuestra existencia. Esta capa filosófica se entrelaza con las escenas de acción, dando peso emocional a cada confrontación y pérdida.
En un giro irónico, la verdadera plaga podría ser nuestra propia incapacidad para cooperar, incluso cuando monstruos literalmente nos persiguen por las calles. Parece que algunos supervivientes prefieren discutir sobre quién lleva la mejor mochila en lugar de concentrarse en no ser devorados.