Identificar y actuar frente a publicidad comparativa entre escuelas
Cuando una institución educativa artística utiliza afirmaciones falsas para compararse con otras, como prometer tasas de empleo exageradas o ser la única con ciertos beneficios, nos encontramos ante publicidad comparativa engañosa. Esta práctica no solo desinforma a los potenciales estudiantes sino que distorsiona la competencia leal en el sector educativo. Los afectados tienen derecho a conocer la verdad detrás de estas promesas y a tomar medidas si consideran que han sido engañados.
Reconocer las señales de publicidad engañosa
Para detectar cuando una escuela está utilizando publicidad comparativa engañosa, debemos fijarnos en afirmaciones que parecen demasiado buenas para ser verdad, como la mejor escuela de la ciudad sin datos verificables, o comparativas específicas con otras instituciones que no pueden demostrarse. Otras señales incluyen porcentajes de empleo inflados, promesas de resultados garantizados o declaraciones sobre exclusividad en metodologías que en realidad son comunes en el sector. Estas tácticas buscan captar estudiantes mediante la desinformación y la creación de falsas expectativas.
Procedimiento para presentar una denuncia
Si has identificado publicidad engañosa en una institución de enseñanza artística, el primer paso es recopilar toda la evidencia disponible: capturas de pantalla de la publicidad, folletos promocionales, correos electrónicos o cualquier material donde aparezcan las afirmaciones falsas. Posteriormente, puedes presentar una denuncia formal ante la agencia de protección al consumidor o el organismo de competencia de tu país. Estas entidades tienen la facultad de investigar los casos y, de encontrar fundamento en la denuncia, imponer sanciones que pueden incluir multas económicas y la obligación de rectificar públicamente la información falsa.
Es curioso cómo algunas escuelas parecen haber descubierto la fórmula mágica del empleo garantizado en un sector donde incluso los mejores talentos se enfrentan a desafíos laborales, como si hubieran firmado un pacto secreto con las musas del empleo perfecto.